Llegué al campus de la Uva Palencia después de haber estudiado un bachillerato en Pedagogía General (equivalente de Magisterio) y un grado en Filosofía en República Democrática del Congo y Teología Bíblica (equivalente de la licenciatura en Ciencias Eclesiásticas) en Italia. Después de esos estudios, trabajé en un instituto como gestor económico-financiero, director de internado y director de disciplina (equivalente de Educador Social).

En el ejercicio de mis funciones me daba cuenta de que me faltaban competencias para atender adecuadamente a los adolescentes. Me vine a España para estudiar psicología. Llegado a Palencia descubrí por internet la carrera de Educación Social y por el plan de estudios me di cuenta de que para mi perspectiva de futuro me venía bien la Educación Social que es más polivalente que la psicología.

Cuando una persona se mueve de una sociedad a otra, inevitablemente se lleva una mochila de experiencias socioculturales que pueden dificultar o favorecer su integración en el lugar de destino. Yo llegué a la Uva Palencia cargado de mi mochila de pedagogo, filósofo, teólogo, sacerdote religioso marcado por la cultura RD congoleña para estudiar por primera vez en el sistema Bolonia con compañeros y compañeras  recién salidos del bachillerato de los institutos españoles.

Me enfrenté a las dificultades de la lengua y los trabajos en grupo que, si no fuese por un profesorado competente tanto en sus materias académicas como en liderazgo de animación y gestión de grupos, enseñanza individualizada y mediación de conflictos, no habría continuado mi carrera. Por la creación de un contexto colaborativo e intercultural por parte del profesorado, los estudiantes llegamos a normalizar buenas relaciones y al final acabé la carrera con mucha satisfacción.

Del campus de Palencia estoy agradecido por el apoyo que la administración proporciona a sus estudiantes y ex estudiantes. Soy uno de los estudiantes que el Campus Emprendedor de La Yutera que con el apoyo del Parque Científico allí, apoyó mi proyecto para presentarlo en el concurso Campus emprendedor de las Universidades de Castilla y León sesión 2018. Entre los ganadores estuvo el mío y agradezco el apoyo que sigo recibiendo del Vicerrectorado y de todos los decanatos y departamentos del campus en la búsqueda de la financiación.

El proyecto Biogás que presenté, tiene como objetivo mejorar las condiciones del aprendizaje en siete institutos educativos con internado en la ciudad y cercanías de Bukavu, en República Democrática del Congo. El proyecto Biogás es un proyecto socio-ambiental y de desarrollo comunitario concebido para criar animales, reciclar residuos orgánicos para producir energía eléctrica, energía calorífica, biogás de cocina, carne, leche y productos agropecuarios para mejorar la alimentación en los internados, remediar los problemas eléctricos, la insalubridad, enseñar a aprender de esa experiencia a solucionar localmente los problemas locales y abrir una cooperación de distintas índoles con España a través de las universidades de Castilla y León.

Además, del proyecto biogás, que esperamos encuentre financiación, estoy investigando para abrir une brecha legal y sociocultural en República Democrática del Congo para la eliminación de una figura jurídica: la dote (compra de la mujer al casarse), el empoderamiento de las mujeres, requisitos imprescindibles para reforzar la defectuosa economía familiar y evitar que miles de niños se queden desamparados en las calles. Continúo por tanto mi formación y a partir de los anteriores proyectos he preferido estudiar un master de investigación en relación con estas materias referidas a  los problemas sociales del que me queda poco para llevar a cabo una investigación más especializada para volver más preparado a República Democrática del Congo, y abrir caminos para la acción socioeducativa de envergadura.

Mientras tanto estoy trabajando como sacerdote en la unidad pastoral de Villalón de Campos. Y en la Residencia Albergue Diego Martínez de Palencia que acoge, además de estudiantes y profesores, trabajadores, grupos culturales, turistas entre otros que proceden de todo el mundo; soy encargado de la integración para que nadie se sienta aislado.

La Uva Palencia me abrió los ojos y ahora puedo confirmar que el profesional en educación social es un creador de contextos para cambios hacia la mejora y por ello es también un incansable investigador para intervenir en cualquier sociedad y en contextos sociales en constante cambio.