Con motivo de la celebración, el próximo 5 de diciembre, del Día Mundial del Suelo, que este año tiene como lema “Detener la salinización de los suelos, aumentar su productividad», el GIR Suelos: Calidad y Sostenibilidad de la Escuela Técnica Superior de Ingenierías Agrarias (ETSIIAA) del Campus de la UVa en Palencia y el Instituto Universitario de Investigación en Gestión Forestal Sostenible (IUFOR) quieren contribuir a promocionar y sensibilizar sobre las funciones que realizan los suelos y la necesidad de realizar una gestión sostenible de estos.
Una labor que realizan desde los proyectos en los que están trabajando y en los que el suelo desempeña un papel fundamental, como el proyecto de innovación docente ‘El uso de monolitos de suelos como recurso docente, divulgativo y de sensibilización ambiental’; y el proyecto para el fomento de la cultura científica, tecnológica y de la innovación de la FECYT titulado ‘Ciencia en acción: bosques y emergencia climática’ en el que participan un elevado número de investigadores del iuFOR así como de otros centros de investigación y universidades.
Los suelos son un recurso natural no renovable indispensable para el ser humano, que influyen en el medio en el que se ubican y repercuten en las actividades sociales y económicas de los grupos humanos que se asientan en ellos, siendo sin embargo uno de los recursos más olvidados.
«Los suelos realizan numerosas funciones y servicios ecosistémicos que permiten la vida en la Tierra, al mismo tiempo son los grandes desconocidos para nuestra sociedad. Ya lo advirtió Leonardo da Vinci hace más de 500 años: «sabemos más de los astros que del suelo que pisamos» y, lamentablemente, esta afirmación sigue siendo válida hoy en día», señala Belén Turrión, directora del iuFOR.
«Los suelos se ven afectados por numerosas acciones humanas como: la deforestación, las prácticas de manejo del suelo no sostenibles, el cambio climático, la contaminación, la eliminación no adecuada de los residuos, la expansión de las ciudades, entre otras y, todas ellas, contribuyen a su degradación dando lugar a una pérdida de biodiversidad, desequilibrio de nutrientes, problemas de compactación, erosión, sellado, contaminación, salinización, etcétera», añade.