Un estudio, publicado la revista de alto impacto Journal of Familiy Issues con el título ‘Familias y confinamiento’, explora cómo los padres de un grupo de escolares de entre 7 y 8 años han vivido el encierro debido a la crisis sanitaria de la COVID-19. En este trabajo, tras un seguimiento a 73 familias de un colegio de Valladolid, participan los docentes de la Facultad de Educación de Palencia, Gustavo González Calvo, y de la Facultad de Educación de Valladolid, Alfonso García Monge, ambos pertenecientes al Departamento de Didáctica de Expresión Corporal de la Universidad de Valladolid.
Este estudio es el primero de este tipo en el que se investiga cómo la pandemia ha influido en las formas de vida de los niños y sus familias y sus posibles implicaciones para su futuro. El trabajo forma parte del proyecto de investigación ‘Education in the age COVID-19’, cuyo objetivo es explorar los cambios de la educación durante la crisis sanitaria originada por la COVID-19, así como los efectos en los docentes en activo, los docentes en formación inicial y el alumnado de Educación Primaria.
En este estudio también participan Valeria Varea, de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Orebro (Suecia), y Marta Arias Carballal del Departamento de Inglés Instituto de Enseñanza Secundaria “José Jiménez Lozano».
El estudio
Siguiendo una metodología narrativa, los resultados de este trabajo se han organizado en torno a una historia que toma como referencia el periodo de encierro de una madre y trabajadora en tiempos de encierro, a través de la cual explora las experiencias de los padres y madres de estos niños. Las conclusiones de este estudio sugieren que los participantes han experimentado cambios significativos en sus rutinas, habiéndose enfrentado a numerosos dilemas personales y profesionales en un clima de gran carga emocional.
En el trabajo se han identificado trece temas que han constituido las categorías sobre las que se ha construido el relato. Entre los temas, destacan las dificultades expresadas por los participantes para poder compaginar su vida laboral con la vida familiar y escolar de los hijos. Y se destaca el sobreesfuerzo que ha supuesto para las familias, más aún teniendo en cuenta que el periodo de encierro ha resultado ser un periodo de sobrecarga escolar para los hijos. “Estas dificultades se han visto incrementadas en aquellos casos en los que la incertidumbre laboral y sanitaria rodeaba el entorno familiar, aumentando los niveles de depresión, ansiedad y estrés que sufren los adultos, teniendo que realizar verdaderos esfuerzos de adaptación y cambio para superar las dificultades de la nueva situación», explica Gustavo González Calvo.
Por otro lado, también se observa que algunas familias han afrontado la situación desde una perspectiva más optimista, que también tiene su lugar en el relato. Así, la posibilidad de pasar más tiempo en casa con la familia, de cuidar a los hijos y de teletrabajar ha sido valorada de forma positiva, en general. Los participantes en el estudio han tratado de establecer una rutina familiar que incluyera tiempo para los deberes, tiempo para el ejercicio físico en casa y la enseñanza de “importantes lecciones de vida». Y en la misma línea que otros estudios, se ha extraído la conclusión de que uno de los beneficios de la pandemia ha sido el pasar más tiempo con la familia.