Las plagas recurrentes de topillos campesinos frenan periódicamente la recuperación de las poblaciones de liebre ibérica en medios agrarios de Castilla y León, según se desprende de las investigaciones realizadas por Juan José Luque, investigador del Campus de la UVa en Palencia (ETSIIAA-iuFOR), junto a otros expertos del CSIC y de las universidades de Sevilla y Castilla-La Mancha. El resultado del estudio aparece publicado en el último número de la revista ‘Scientific Reports’, del grupo Nature, y quinta revista más citada en el mundo actualmente.
Las poblaciones de liebre ibérica (Lepus granatensis) han sufrido graves descensos durante las últimas décadas en toda España, principalmente por ciertas prácticas de agricultura intensiva. Entre 1970 y 1990, el rápido aumento de la superficie de cultivos de regadío en la región de Castilla y León fue seguido por una expansión masiva del área de distribución del topillo campesino (Microtus arvalis), y la colonización completa de los paisajes agrícolas de regadío de las tierras bajas desde los hábitats montañosos.
Las grandes fluctuaciones cíclicas subsiguientes en la abundancia de los topillos colonizadores han contribuido a una amplificación periódica de la bacteria Francisella tularensis, el agente etiológico que causa brotes de tularemia humana en la región. La tularemia es una enfermedad mortal para los lagomorfos (liebres y conejos), por lo que los investigadores plantearon la hipótesis de que los brotes de topillo conducirían a la propagación de la enfermedad a las liebres ibéricas, aumentando la prevalencia de la tularemia y el declive de las poblaciones de liebre.
En este trabajo se han analizado los datos de bolsas de caza de liebre de Castilla y León, que se ha visto afectada recurrentemente por brotes de topillo entre 1996 y 2019, así como datos sobre la prevalencia de F. tularensis en liebres ibéricas, comunicados por el gobierno regional entre 2007 y 2016.
Los resultados sugieren que los brotes cíclicos de abundancia de topillo campesino pueden estar limitando la recuperación de las poblaciones de liebre, al amplificar y diseminar la tularemia en el medio ambiente de forma regular. En concreto, los brotes recurrentes de tularemia causados por los ciclos poblacionales de los roedores en la región pueden dar lugar a un «foso de enfermedad» (“disease pit») para las liebres ibéricas: la tasa de crecimiento de la población de liebres es menor que la tasa a la que aumenta la mortalidad inducida por la enfermedad, manteniendo las poblaciones de liebres en un equilibrio de baja densidad.
Este estudio pone de relieve la importancia de aplicar el método científico a la hora de abordar y entender las dinámicas espaciales y temporales de las poblaciones de fauna silvestre. “Nuestro trabajo demuestra, una vez más, que sólo podemos llegar a comprender qué pasa en el medio natural a través del método científico», destaca el profesor Juan José Luque desde el Campus de La Yutera, y concluye que “toda gestión de fauna silvestre requiere de una base técnica fundamentada en complejos análisis de datos».
Este trabajo forma parte del convenio GESINTTOP, financiado por el Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León (ITACyL), la Diputación de Palencia y la Diputación de Valladolid, así como del proyecto BOOMRAT, financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación.
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