La Asamblea General de Naciones Unidas, en 1992, proclamaba el día 3 de diciembre como el Día Internacional de las Personas con Discapacidad; no hay duda de que mucho se ha avanzado desde entonces, pero también es evidente que aún queda mucho por hacer para que ese conjunto de intenciones y compromisos, dirigidos a lograr el empoderamiento y la inclusión de las personas con discapacidad, sea una realidad en los diferentes contextos y situaciones que nos toca vivir.

En la actualidad, existen una variedad de discursos en torno a la diversidad, la integración, la inclusión escolar y la no discriminación. Esta tendencia se evidencia no solo en la utilización de términos como las que se mencionan, sino también en el desarrollo legislativo que ha otorgado determinadas oportunidades para que las personas “diferentes”, “especiales”, “diversas”… disfruten de los mismos derechos que los demás.

La pregunta es si esos discursos se corresponden con lo que en realidad pasa en las escuelas. Probablemente sea necesario profundizar algunas ideas que tienen que ver con esta realidad, normalidad-anormalidad, igualdad-diferencia, integración-inclusión-exclusión… son centrales en este debate. Pero también parece necesario indagar en formas alternativas de pensar y hacer la educación, de buscar nuevos significados, cercanos a nuestras experiencias como docentes, como estudiantes, como personas en definitiva.

En este marco, en la Facultad de Educación de Palencia se han desarrollado los días 29 y 30 de noviembre las Jornadas ‘Inclu-Yendo: caminos hacia una sociedad inclusiva’. En las distintas actividades programadas no se ha pretendido ofrecer recetas aplicables a la educación ni tampoco debatir sobre grandes teorías acerca de lo que es o debería ser la pedagogía y la educación para la diversidad hoy; se han tratado de “contar historias”, pero desde la búsqueda de sentido sobre lo que en ellas se relata, dialogando con los protagonistas para tratar de comprender los temas que abordamos.

Además, dentro del programa y en colaboración con el Proyecto +Social, el alumnado del Grado de Educación Social ha dinamizado con actividades de deporte adaptado e inclusivo distintos espacios del Campus La Yutera con la pretensión de que la comunidad universitaria se ponga en los zapatos de las barreras que encuentran personas con diversidad funcional, a la vez que han compartido espacios con personas con discapacidad que participan en entidades palentinas.

Si alguna intención ha animado esta propuesta, ha sido compartir vivencias con personas consideradas “diferentes” y compartir también la mirada de los profesionales, para, entre todos, abrir preguntas, plantear inquietudes, motivar otras búsquedas, tal vez con otros sentidos, que nos ayuden a dar respuesta a las grandes preguntas que cada día nos planteamos en el ámbito educativo.

La educación es el medio imprescindible para hacer posible el modelo de sociedad y de persona que imaginamos. Pero esa educación debe ser útil y buena para todos y no solo para algunos. Se trata de reconocer la diversidad de personas y grupos y garantizar la participación de todos y todas en la vida educativa, cultural, laboral, social y política.

 

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